llévense la distancia
entre su casa y la mía
la vereda en la noche tibia
el tinto en los labios
la mirada cierta
quizás es todo eso
que ya no quería:
la ventana de herrumbre
las calles sabidas
mi cara en el espejo
pueden quedarse
también con los reproches
(los ajenos y los míos)
el violeta quinacridona
y cualquiercosa con hielo
a las siete de la tarde
sólo pido
estos sagrados últimos
veintiún días de otoño
déjenlos tranquilos
entre su casa y la mía
la vereda en la noche tibia
el tinto en los labios
la mirada cierta
quizás es todo eso
que ya no quería:
la ventana de herrumbre
las calles sabidas
mi cara en el espejo
pueden quedarse
también con los reproches
(los ajenos y los míos)
el violeta quinacridona
y cualquiercosa con hielo
a las siete de la tarde
sólo pido
estos sagrados últimos
veintiún días de otoño
déjenlos tranquilos
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